El Parlamento japonés promulgó este viernes una revisión de su ley antipiratería para prohibir las descargas ilegales de mangas, revistas y textos académicos, un acto que estará penado con hasta dos años de cárcel y multas de hasta 16.000 euros, (18.000 dólares).
La revisión de la legislación vigente, que ya penaba la descarga ilícita de música y vídeos, también regula las denominadas "páginas web sanguijuela" (leech websites), que proporcionan hipervínculos para descargar archivos torrent con material pirateado.
Las nuevas regulaciones sobre descargas en Japón entrarán en vigor el 1 de enero de 2021, mientras que las restricciones a los portales de contenido pirata serán efectivas desde el 1 de octubre, según detalles recogidos por la agencia japonesa de noticias Kyodo.
Descargar música y vídeos con derechos de autor es ilegal en Japón desde 2010 y en 2012 se introdujeron penas de hasta dos años de cárcel y multas de hasta dos millones de yenes (unos 16.000 euros ó 18.000 dólares), que a partir de 2021 serán aplicables a la bajada de este tipo de contenido impreso sujeto a "copyright".
Los legisladores japoneses llevaban intentando introducir esta enmienda desde principios de 2019, a raíz del aumento del número de páginas web piratas y "leech websites" y, en particular, tras el caso del portal Mangamura, con un tráfico de más de 100 millones de visitas mensuales hasta que fue deshabilitado en abril de 2018.
Se estima que la actividad de esta web, que tenía material pirata de series populares como "Attack on Titan" (Ataque a los Titanes) o "One Piece", causó unas pérdidas de más de 300.000 millones de yenes (2.400 millones de euros/2.700 millones de dólares) a editoriales.
La enmienda legal exime, no obstante, de categorizar como ilegal "delitos menores" y "ocasiones especiales", como podrían ser descargar únicamente unas pocas viñetas de un cómic de varias decenas de hojas o descargar un par de páginas de una novela que consta de varios cientos.
Las parodias y trabajos derivados también estarán exentos, así como los casos en los que los usuarios de teléfonos móviles hagan involuntariamente capturas de publicaciones con derechos de autor, según algunos ejemplos citados por la Agencia de Asuntos Culturales.
Estas excepciones fueron incluidas después de que el debate sobre la ilegalización de este tipo de descargas generara preocupación entre la opinión pública y los propios artistas a unas restricciones excesivas que pudieran obstaculizar el uso de internet, la libertad de expresión o las actividades legítimas de investigación.
Sobre las "páginas web sanguijuela", la nueva ley prohíbe su establecimiento y operación, e impone para los infractores penas de hasta cinco años de cárcel y multas de hasta 5 millones de yenes (unos 40.000 euros ó 46.000 dólares).
Las autoridades esperan que la nueva legislación tenga un efecto disuasorio, como alegan que ya sucedió con la penalización de las descargas de música y vídeos.